Hoy volví a mandarte un mensaje. Ya te necesito... No me importa nada. Te necesito... Así de estúpida me veo amándote. Me veo amarrada a tu alma, pero a esa parte que dejaste en una antigua versión tuya que yo no eh podido superar.
No dejo de rezar porque respondas. Porque yo te obligue a comer papas. Te robe besos de la nada. Que me abrases de atrás sorpresivamente... Es más. Con una mirada tuya y un abrazo sincero de perdón sería suficiente. Aunque no te tenga para siempre sería suficiente. Sería lo que me ayudaría a dormir por las noches.
No puedo rendirme así.
miércoles, 31 de agosto de 2016
Otro mensaje
domingo, 28 de agosto de 2016
Te amo
Nunca pensé que lo último que escribiría en este blog, seguiría arrastrándose a hoy. Toros los días lloro.
Anoche tuve la pesadilla de que ya estabas con otra, y se que es así. Pero el sólo hecho de que me hayas reemplazado me aterra. Tengo oportunidades para hacerte lo mismo pero no quiero. Te amo más de lo que quiero a mi propia alma y vida. Te regale todo.
Todo lo que pudo salir del centro de mi corazón es tuyo y ahora soy tu prisionera. Soy prisionera de un amor que ya no tengo ni tendre. Y un amor que me quema la sangre como veneno de cobra... Ojalá me hagas caso y reflexiones... Y me hables y me devuelvas un beso. Aunque se que meter a toda la gente que metí me jugó en contra todo el partido, volve. Te amo. Y si el sábado es oportunidad para tenerte frente a frente lo voy a aprovechar. Por favor. Pensalo